¿Qué es una empresa con la etiqueta EPV?

Cousu-norveien sur chaussure made in France I Le Soulor 1925

La etiqueta "Empresa del Patrimonio Vivo" (EPV).

es una etiqueta oficial francesa, creada en 2005, bajo la autoridad del Ministerio de Economía y Hacienda, para distinguir a las empresas francesas con competencias artesanales e industriales consideradas de excelencia.

La especialidad reconocida del Atelier Le Soulor es la roncha noruega.

¿ Qué ?

Francia, en consonancia con el concepto de patrimonio cultural inmaterial defendido por Unesco, ha optado por aplicar este concepto a las empresas. Esta terminología "evoca la idea de un conjunto común a un número significativo de personas, transmisible de generación en generación, que se beneficia o requiere una protección especial para permitir su conservación o evitar su desaparición".

Del vidrio al calzado, de la joyería a la arquitectura, el sello Entreprises du Patrimoine Vivant (EPV) promueve el saber hacer francés.

En 2021, había más de 1.448 empresas con la etiqueta EPV. Estas empresas, con su excepcional saber hacer, generan un gran número de puestos de trabajo en toda Francia.

¿ Cómo ?

El procedimiento de concesión de la etiqueta EPV corre a cargo de expertos. El INMA (Institut National des Métiers d'Art) se encarga de examinar y evaluar estos criterios.

El examen del expediente de candidatura implica la visita a los centros de producción de las empresas candidatas por parte de expertos en la materia, la redacción de un informe de investigación, el examen y dictamen por parte de estas Personalidades Cualificadas, y la decisión de adjudicación dictada por los prefectos regionales: el proceso de selección de las Empresas del Patrimonio Vivo es una garantía de su excelencia.

Esta etiqueta, obtenida por el Atelier Le Soulor en mayo de 2020, tiene una validez de cinco años y es renovable..

Logo entreprise du Patrimoine Vivant | Le Soulor 1925

¿Para qué?

El objetivo es reconocer todo lo que contribuya a valorizar el patrimonio, es decir, la rareza, reputación y originalidad de los productos, o la posesión de un nombre o marca famosos. Las empresas también deben poseer conocimientos raros y conocidos.

El dominio de técnicas tradicionales o muy técnicas requiere aptitudes específicas que no pueden adquirirse con la formación normal.

El gesto profesional, la técnica del gesto son objeto de la protección que ofrece la etiqueta.

El último criterio es la reputación de la dimensión cultural de la empresa (forma de trabajar, locales con valor histórico o arquitectónico, etc.) y el tiempo que lleva establecida geográficamente..

Para estas empresas, a menudo centenarias, esta etiqueta es una garantía de calidad en la escena internacional.